
Pasear por el Jardín del Buen Retiro de Madrid, es para mi hacerlo por uno de los más hermosos parques que conozco, pero también es hacerlo por la nostalgia y los recuerdos; recordando que, si bien no sé nos permite volver a la infancia, en ocasiones la fortuna si nos permite retornar a los lugares donde crecimos.
Imaginábamos entonces que todos los lugares eran mágicos y nosotros, magos capaces de heroicas proezas y maravillas sin cuento. Que lo allí imaginado nunca hayamos sido capaces de realizarlo, en realidad no importa; fue maravillosa excusa para jugar.