Quimeras

Quimeras

Persigue tus sueños; se incansable, implacable. Son astutos y taimados, por tanto se listo y perseverante.

Engatúsalos sin vergüenza, engáñalos si es preciso; promete todo, esto y aquello, el oro y el moro, lo que sea preciso.

Cuando al fin los encuentres, elimínalos sin piedad; extermínalos aunque te parezcan pequeños, encantadores y desvalidos. No te dejes engañar, no los dejes crecer y hacerse fuertes. Sólo al principio son débiles y están desamparados, ese es el único momento en el que podrás acabar con ellos.

Cuando dudes, recuerda que han nacido para joderte. Te hacen creer que puedes ser algo que nunca serás; intoxicado por ellos llegas a pensar que lo remoto es alcanzable y puedes ganar incluso lo que no está en juego.

Si crecen se vuelven insaciables, contagiosos y fértiles. Son perniciosos, casi infecciosos.

Aniquilalos sin clemencia o serán ellos los que te acosen. Cuando los sueños crecen torcidos se transforman en pesadillas.

Nota: Si alguien siente curiosidad por saber que era una quimera para los griegos, por aquí encontrará una definición.

Y aunque tenga poco que ver con la entrada, mientras la escribía en mi ordenador sonaban unos tipos tejanos y barbudos: https://isn.page.link/kDHG

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Recuerdos / Memories

Recuerdos / Memories

Recuerdo con claridad lo que nunca pasó.

Vívidamente rememoro todos los lugares en los que nunca estuve, la gente a la que nunca conocí y los momentos que jamás sucedieron.

Todos mis recuerdos inventados son necesarios para entender donde estoy y quién soy.

Necesito mi memoria, si no existe me veo en la obligación de recrearla. Sólo un pasado puede darle sentido a este presente irreal.

En ocasiones, no siempre, recuerdo una canción adecuada, al menos a mi me lo parece, para acompañar uno de mis escritos, en esta ocasión he sabido encontrar una: https://isn.page.link/rsHt y no sólo una, un album entero https://isn.page.link/VEUM

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Prohibiciones

Prohibiciones

Al fin han prohibido en esta icónica plaza, además de aparcar motos en la acera, la presencia de Piolín.

Mucho hace que los incondicionales seguidores del injustamente denostado gato Silvestre venimos demandando medidas excepcionales contra este pájaro de cuenta. Parece que nuestras quejas han sido al fin escuchadas y atendidas, nuestros munícipes no han podido permanecer ajenos por más tiempo al clamor desatado contra esta ave aborreccible.

La presencia de este inmundo canario nunca ha sido bienvenida en nuestras calles y plazas; esperamos pués que la iniciativa que hoy comienza aquí se extienda con presteza al resto de la ciudad y más bien pronto que tarde podamos celebrar la total supresión de esta figura de la vida pública de nuestra amada urbe.

Si bien la abuelita lo tenía en alta estima, una muestra más y evidente esta de sus múltiples prejuicios y racismo rampante, siempre hemos sido mayoría los que consideramos odioso a este pajarraco; su hipertrófica cabeza y no menos desmesurados pies hacen de él un ser deforme, monstruoso y aborrecible; sin entrar en su dudosa catadura moral y actitud abusiva. Más despreciable es aún que el cariño que este adefesio despertaba en la vieja chocha, lo hiciese a costa de abusar sin medida de un ser ser tan entrañable y desprotegido como acabo siendo Silvestre. Hoy podemos reivindicar en esta prohibición la figura olvidada de aquel heroico y tenaz minino.

…Y esto sólo es el comienzo, si Piolín nos cae mal, el Corre-caminos nos resulta totalmente odioso; por eso esperamos que este pequeño éxito sirva como acicate y ejemplo al Coyote para atrapar a tan escuchimizado bicho y pueda por fin resarcirse de años de ignominia con su escasa y sin duda correosa carne.

Realidad

Realidad

Vivimos protegidos tras nuestras ventanas.

En ocasiones olvidamos una abierta y se nos cuela en la estancia un soplo de realidad; brisa suave que nos desordena las cuidadas hojas de nuestro plan, revuelve todos los propósitos y nos llena la vida de fuertes y olvidados olores olvidados, estridentes ruidos abandonados y polvo de lo que no pasó.

Enojados por el caos, nos apresuramos a cerrar la rendija mientras maldecimos a la terca existencia que insiste a nuestro pesar en endosarnos, cada vez que nos descuidamos, retazos de lo que no supimos ser.

Fuera dejamos el frío y el calor, el alboroto y la tranquilidad, los perfumes y los hedores; dentro nos sentimos a salvo arropados con la experiencia y educación, rodeados de viejos y cómodos éxitos y fracasos, ponemos el aire acondicionado y encendemos el extractor. Todos nuestros ordenados prejuicios nos observan con cariño desde las estanterias.

Aburrimiento

Aburrimiento

Alguien me puso aquí, espero desde entonces. Aburrida, mato el tiempo asomándome a este escaparate, silenciosa en inmóvil. Día tras día os veo pasar. Seres sin curiosidad, dóciles bestias, previsibles y monótonos peatones.

Apresurados por la mañana, sin tiempo para mirar otra cosa que no sea la punta de vuestros zapatos, si acaso alguna mirada furtiva, rápida y de reojo mientras paráis y encendéis un cigarrillo.

Y al llegar la tarde, volvéis, caminando en sentido contrario, cansados y cabizbajos; paráis, rebuscáis el penúltimo cigarrillo y pasáis otra vez de largo.

Os volveré a ver mañana, mientras espero, aunque no sepa que.

Eva

Eva

Las manzanas nunca te gustaron, siempre preferiste el melocotón; del Árbol no aprendiste ni el nombre, era uno más en aquel enorme jardín.

La sabiduria, los conocimentos y los secretos no importan, ya no. Desde entonces prefieres la ignorancia; aquello que no se sabe no se teme.

Inocentes los dos, culpables si acaso de curiosidad o quizá por ser hijos de un dios histrión, sarcástico y mendaz.

Miseria

Miseria

Habitaciones con vistas y bien ventiladas, sarcasmo cruel; homeless, sin techo, sense sostre: eufemismos cobardes. Miseria.

Otros nos dicen que debemos ser, pensar, creer, sentir, parecer. Tenemos la obligación de no creer y ver, mirar, buscar.

Y mirando aprendemos que nuestras ciudades son hermanas y en sus calles, diferentes pero iguales, encontramos, para nuestra vergüenza, miseria semejante e igual desamparo.

Violencia

Violencia

Impúdica y trivial esta que desprecia sin sonrojarse lo que no sabe rentabilizar.

Sórdidos mangantes; agachados como monos, rebuscando sin vergüenza entre las humildes pertenencias.

Carroñeros de estación.

Búsqueda infructuosa; lágrimas de rabia e impotencia.

Indiferencia

Indiferencia

Tu madre te engañaba, tu padre callaba. No te esperaban días de vino y rosas, no del vino que ella imaginaba al menos; rosas nunca te regalaron, quién te agasajó lo hizo sólo con las espinas.

No merecías ser feliz, tampoco dormir tirada en la Gran Vía. Nada merecemos por nacer, sólo la vida que nos regalan; como juguemos la mano dependerá de nuestra habilidad y del humor de la puta fortuna al repartir.

No esperes justicia de los hombres, sólo entienden la ley; ni en la poesía, sólo es retórica; tampoco la hallarás en los cielos, de allí sólo vendrá la indiferencia de unos dioses olvidados y la lluvia en otoño.

Faros

Faros

Orgullosas y altivas luces en la noche, torres tranquilas en la espera.

Recuerdos de otra época cuando el mar era frontera, líquida y fluida; promesa, oportunidad y amenaza.

Humilde candela en un tiempo de sombras, cuando el viaje era conveniencia y el destino casualidad.

Viejos vigías, cansados de posar.