Imágenes III

Imágenes III
Estatua del Ángel Caído. Parque de El Buen Retiro (Madrid)

El caído, el más humano de los ángeles.

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Resiliencia

En estos días en los que un organismo más simple que el mecanismo de un chupete nos ha puesto en nuestro sitio; uno que ha resultado no ser el privilegiado trono que creímos merecer; debiéramos entender que la persistencia es más sencilla y menos grandilocuente; consiste en encontrar un puñado de tierra húmeda donde crecer, aunque sea delante de una persiana metálica.

O entre las rendijas de dos baldosas

El Parque

El Parque

Ningún yonqui echa en falta hoy fracasos para esnifar, errores que chutarse ni penas que trasegar.

No hay jóvenes en las mesas, nadie ahoga en alcohol y ruido su temor a no ser o no saber que será.

Ningún amante apresurado se besa en sus brazos. No hay enamorados tallando en sus tablones mensajes eternos de amor fugaz.

Ocupados en soñar, no hay niños trenzando recuerdos imborrables que el tiempo difuminará.

Sin infancia fugaz, cansada vejez ni madura decepción; solo y en paz, aprovecha el parque esta noche para descansar.

El viaje

El viaje

Cansada de una vida de mierda, decidió de buena mañana aprovechar el viaje y tirarse junto a la basura al contenedor.

Antes de zambullirse entre las bolsas y por si alguien las pudiese aprovechar, se quitó sus familiares y cómodas pantuflas y allí al lado las dejó.

De ella quedan ahora las viejas zapatillas y un pequeño vacío que nadie notará.

Amanecer

Amanecer

Nos deteníamos; mirábamos con intención de recordar, atrapar los detalles, aprender los colores. Maravillados con lo cotidiano, nos sorprendía el amanecer.

Nos detenemos; retocamos los detalles, filtramos la luz, eliminamos sombras y manchas; mejoramos la aburrida realidad. Cansados de lo cotidiano, exhibimos nuestros recuerdos en Instagram.

Volar

Volar

Volar, sobrevivir al tiempo, transmitir lo hermoso en un puñado de líneas; contar una historia nueva, una que nadie nunca haya escuchado.

Sueños imposibles, los que nos levantan cada mañana aún a sabiendas de que son inalcanzables. O quizás por eso los deseamos, por inaprensibles. Ajenos y lejanos, nunca nos fallarán.