Verano

Verano

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Noches de verano, bebiendo Royal Crown, esperando que comenzase la proyección sobre una pared encalada.

Frias noches de Agosto, mirando al cielo de un pequeño pueblo de Toledo; buscando en él estrellas que ya no se pueden ver.

Cálidas noches de Agosto en las que me enamoré. Que ellas nunca lo supiesen, nada cambia en realidad.

Recuerdo todos los veranos, aquellos que deseé que nunca terminasen y los que quise que jamás hubiesen empezado.

Por eso, porque los recuerdo, se que el verano es una ilusión; sólo existe el invierno. Y sin embargo, sólo con la ficción es como sobrevivimos al frío.

 

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Quimeras

Quimeras

Persigue tus sueños; se incansable, implacable. Son astutos y taimados, por tanto se listo y perseverante.

Engatúsalos sin vergüenza, engáñalos si es preciso; promete todo, esto y aquello, el oro y el moro, lo que sea preciso.

Cuando al fin los encuentres, elimínalos sin piedad; extermínalos aunque te parezcan pequeños, encantadores y desvalidos. No te dejes engañar, no los dejes crecer y hacerse fuertes. Sólo al principio son débiles y están desamparados, ese es el único momento en el que podrás acabar con ellos.

Cuando dudes, recuerda que han nacido para joderte. Te hacen creer que puedes ser algo que nunca serás; intoxicado por ellos llegas a pensar que lo remoto es alcanzable y puedes ganar incluso lo que no está en juego.

Si crecen se vuelven insaciables, contagiosos y fértiles. Son perniciosos, casi infecciosos.

Aniquilalos sin clemencia o serán ellos los que te acosen. Cuando los sueños crecen torcidos se transforman en pesadillas.

Nota: Si alguien siente curiosidad por saber que era una quimera para los griegos, por aquí encontrará una definición.

Y aunque tenga poco que ver con la entrada, mientras la escribía en mi ordenador sonaban unos tipos tejanos y barbudos: https://isn.page.link/kDHG

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Recuerdos / Memories

Recuerdos / Memories

Recuerdo con claridad lo que nunca pasó.

Vívidamente rememoro todos los lugares en los que nunca estuve, la gente a la que nunca conocí y los momentos que jamás sucedieron.

Todos mis recuerdos inventados son necesarios para entender donde estoy y quién soy.

Necesito mi memoria, si no existe me veo en la obligación de recrearla. Sólo un pasado puede darle sentido a este presente irreal.

En ocasiones, no siempre, recuerdo una canción adecuada, al menos a mi me lo parece, para acompañar uno de mis escritos, en esta ocasión he sabido encontrar una: https://isn.page.link/rsHt y no sólo una, un album entero https://isn.page.link/VEUM

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Prohibiciones

Prohibiciones

Al fin han prohibido en esta icónica plaza, además de aparcar motos en la acera, la presencia de Piolín.

Mucho hace que los incondicionales seguidores del injustamente denostado gato Silvestre venimos demandando medidas excepcionales contra este pájaro de cuenta. Parece que nuestras quejas han sido al fin escuchadas y atendidas, nuestros munícipes no han podido permanecer ajenos por más tiempo al clamor desatado contra esta ave aborreccible.

La presencia de este inmundo canario nunca ha sido bienvenida en nuestras calles y plazas; esperamos pués que la iniciativa que hoy comienza aquí se extienda con presteza al resto de la ciudad y más bien pronto que tarde podamos celebrar la total supresión de esta figura de la vida pública de nuestra amada urbe.

Si bien la abuelita lo tenía en alta estima, una muestra más y evidente esta de sus múltiples prejuicios y racismo rampante, siempre hemos sido mayoría los que consideramos odioso a este pajarraco; su hipertrófica cabeza y no menos desmesurados pies hacen de él un ser deforme, monstruoso y aborrecible; sin entrar en su dudosa catadura moral y actitud abusiva. Más despreciable es aún que el cariño que este adefesio despertaba en la vieja chocha, lo hiciese a costa de abusar sin medida de un ser ser tan entrañable y desprotegido como acabo siendo Silvestre. Hoy podemos reivindicar en esta prohibición la figura olvidada de aquel heroico y tenaz minino.

…Y esto sólo es el comienzo, si Piolín nos cae mal, el Corre-caminos nos resulta totalmente odioso; por eso esperamos que este pequeño éxito sirva como acicate y ejemplo al Coyote para atrapar a tan escuchimizado bicho y pueda por fin resarcirse de años de ignominia con su escasa y sin duda correosa carne.

Realidad

Realidad

Vivimos protegidos tras nuestras ventanas.

En ocasiones olvidamos una abierta y se nos cuela en la estancia un soplo de realidad; brisa suave que nos desordena las cuidadas hojas de nuestro plan, revuelve todos los propósitos y nos llena la vida de fuertes y olvidados olores olvidados, estridentes ruidos abandonados y polvo de lo que no pasó.

Enojados por el caos, nos apresuramos a cerrar la rendija mientras maldecimos a la terca existencia que insiste a nuestro pesar en endosarnos, cada vez que nos descuidamos, retazos de lo que no supimos ser.

Fuera dejamos el frío y el calor, el alboroto y la tranquilidad, los perfumes y los hedores; dentro nos sentimos a salvo arropados con la experiencia y educación, rodeados de viejos y cómodos éxitos y fracasos, ponemos el aire acondicionado y encendemos el extractor. Todos nuestros ordenados prejuicios nos observan con cariño desde las estanterias.

Miseria

Miseria

Habitaciones con vistas y bien ventiladas, sarcasmo cruel; homeless, sin techo, sense sostre: eufemismos cobardes. Miseria.

Otros nos dicen que debemos ser, pensar, creer, sentir, parecer. Tenemos la obligación de no creer y ver, mirar, buscar.

Y mirando aprendemos que nuestras ciudades son hermanas y en sus calles, diferentes pero iguales, encontramos, para nuestra vergüenza, miseria semejante e igual desamparo.

Violencia

Violencia

Impúdica y trivial esta que desprecia sin sonrojarse lo que no sabe rentabilizar.

Sórdidos mangantes; agachados como monos, rebuscando sin vergüenza entre las humildes pertenencias.

Carroñeros de estación.

Búsqueda infructuosa; lágrimas de rabia e impotencia.

Faros

Faros

Orgullosas y altivas luces en la noche, torres tranquilas en la espera.

Recuerdos de otra época cuando el mar era frontera, líquida y fluida; promesa, oportunidad y amenaza.

Humilde candela en un tiempo de sombras, cuando el viaje era conveniencia y el destino casualidad.

Viejos vigías, cansados de posar.

Justicia

Justicia

Ni siquiera se porque estoy aquí, debería estar en cualquier otro lugar. Acariciando a mis hijos o besando a mi mujer. Disfrutando del sol y la brisa al atardecer.

Deseo que termine pronto, que cese el dolor y callen los gritos. Que acabe ya, no soportaré mucho más.

Tu al menos sabes porqué estás aquí, yo no puedo elegir, no me dejaron otra opción, es lo que aprendí, lo único que se hacer.

¡Por dios, deja ya de gemir y suplicar! ¡diles lo que quieren escuchar y esto cesará! Yo podré volver a casa y besar a mis hijos antes de acostar y para ti este terrible proceso acabará.

No me obligues a continuar, ¡por favor!, ¡no soporto toda esta sangre, los crujidos, ni el hedor! Termínalo ya para que yo pueda volver a mi vida y tu puedas descansar en paz.

Fortuna

Fortuna


«Como un sueño de loco sin fin. La fortuna se ha reído de ti»


No, no estás loco, al menos ayer te acostaste cuerdo. Sin hogar, techo ni suerte, pero cuerdo.

Quizá la noche ha cambiado algo y se haya operado la transformación. Despertarías entonces en el mismo sucio rincón en el que te acostaste, a la vista de todos, pero convertido por fin en orate. Sería entonces real la primera parte de la estrofa que lleva días atormentándote.

Serías entonces afortunado por primera vez en mucho tiempo. Mejor chiflado si has de continuar viviendo en la calle.

En tu cabeza, mientras recorres sin rumbo esta ciudad indiferente y moderna, se repite sin cesar ni respiro la misma letra y melodía. Te recuerda a cada instante cuanto disfruta la odiosa fortuna riendo a tu costa.

Los dioses sólo existen mientras pueden jugar con sus ignorantes creaciones.


La estrofa que encabeza esta pequeña historia no es mía ni tengo la intención de atribuírmela, quizá podría hacerlo, no se cuantos de entre los que lean esto serán capaces de identificar o recordar a sus autores, hace ya algún tiempo que la cantaron por primera vez.

Se trata de La Unión y la canción no es otra que: «Lobo Hombre en París», si queréis volver a escucharla, no tenéis más que dejar que vuestro ratón se pose en el enlace y seguirlo hasta donde os lleve, la magia del hipertexto hará el resto.