
«Como un sueño de loco sin fin. La fortuna se ha reído de ti»
No, no estás loco, al menos ayer te acostaste cuerdo. Sin hogar, techo ni suerte, pero cuerdo.
Quizá la noche ha cambiado algo y se haya operado la transformación. Despertarías entonces en el mismo sucio rincón en el que te acostaste, a la vista de todos, pero convertido por fin en orate. Sería entonces real la primera parte de la estrofa que lleva días atormentándote.
Serías entonces afortunado por primera vez en mucho tiempo. Mejor chiflado si has de continuar viviendo en la calle.
En tu cabeza, mientras recorres sin rumbo esta ciudad indiferente y moderna, se repite sin cesar ni respiro la misma letra y melodía. Te recuerda a cada instante cuanto disfruta la odiosa fortuna riendo a tu costa.
Los dioses sólo existen mientras pueden jugar con sus ignorantes creaciones.
La estrofa que encabeza esta pequeña historia no es mía ni tengo la intención de atribuírmela, quizá podría hacerlo, no se cuantos de entre los que lean esto serán capaces de identificar o recordar a sus autores, hace ya algún tiempo que la cantaron por primera vez.
Se trata de La Unión y la canción no es otra que: «Lobo Hombre en París», si queréis volver a escucharla, no tenéis más que dejar que vuestro ratón se pose en el enlace y seguirlo hasta donde os lleve, la magia del hipertexto hará el resto.
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